DOMINGO XI – CICLO A (18 de Junio de 2023)
Proclamación del Santo
Evangelio según san Mateo 9:36--10:8
9:36 Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella,
porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor.
9:37 Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los
obreros pocos.
9:38 Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su
mies.»
10:1Y
llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para
expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia.
10:2 Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero
Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano
Juan;
10:3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano;
Santiago el de Alfeo y Tadeo;
10:4 Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le
entregó.
10:5 A estos doce envió Jesús, después de darles estas
instrucciones: «No tomen camino de gentiles ni entren en ciudad de samaritanos;
10:6 diríjanse más bien a las ovejas perdidas de la casa de
Israel.
10:7 Vayan proclamando que el Reino de los Cielos está
cerca.
10:8 Curen enfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos,
expulsen demonios. Gratis lo recibieron; denlo gratis. PALABRA DEL SEÑOR.
Estimados hermanos en el Señor Paz y Bien.
Dios salva por su Hijo (Jn 3,17): El primer paso en la
historia de Israel es el "éxodo" o salida de la esclavitud de Egipto
(Lv 11,45). Por tanto, un paso hacia la libertad. Israel interpreta su historia
como un proceso de liberación en el que Dios lleva la iniciativa. Israel confiesa
que Dios le ha sacado de Egipto. El primer paso de la nueva vida es el paso
hacia la libertad de los hijos de Dios, una salida de la esclavitud del pecado.
Es Dios el que lleva siempre la iniciativa, pues todos
necesitamos de la gracia de Dios. Y estando nosotros todavía sin fuerzas,
cuando éramos pecadores, Cristo murió por nosotros y por todos los hombres (Rm
5,8). La iniciativa de Dios en favor de los hombres es la prueba de que nos ama
y nos ama gratuitamente. ¿Acaso se puede amar de otra manera? No, si es Dios el
que ama. Tampoco, si nosotros nos amamos mutuamente como hemos sido amados por
Dios en Jesucristo. El amor auténtico que viene de Dios, el amor gratuito,
libera, salva, vivifica...; pero hay amores que matan y esclavizan, amores que
son un torpe disfraz del egoísmo.
Toda la vida de Jesús, y no sólo su muerte, todas sus
palabras y obras son, por el contrario, la manifestación del amor auténtico que
viene de Dios para los hombres. Jesús en persona es la condescendencia de Dios,
la misericordia de Dios, la gracia de Dios para los pobres, para los pecadores,
para todos los que no tienen nada que darle a cambio de lo que reciben. Jesús,
al ver las gentes, se compadecía de ellas porque caminaban como ovejas sin
pastor (Mt 9,36).
La misión de la Iglesia,
es la misma misión de Jesús: manifestar en el mundo el amor que viene de Dios,
manifestarlo con obras y palabras de liberación, anunciando y realizando los
valores del reino futuro (Mt 28,19).
Jesús reúne a sus discípulos no para apartarlos del mundo,
para alejarlos del pueblo, sino para enviarlos como él mismo había sido enviado
por el Padre (Jn 20,21). Si la vida de Jesús es inseparable de la
evangelización, así también la vida de sus discípulos y la vida de la iglesia.
De modo que seguir a Jesús no es otra cosa que continuar su misión liberadora.
Cuando decimos que la iglesia es misionera, nos referimos, claro está, a todos
los fieles y no sólo a los sacerdotes o a los misioneros que trabajan por el
evangelio en tierras lejanas, pues la vocación cristiana es inseparable de la
misión, y la comunidad de los fieles cristianos, la iglesia, es inexistente si
no predica el evangelio y no lo verifica delante de los hombres y para todos
los hombres.
-"Gratis han recibido..." Los discípulos de Jesús
no hemos recibido sólo palabras, sino la misma palabra de Dios hecha carne. No
hemos recibido sólo verdades sobre Dios, sino nada menos que al mismo Dios. Por
tanto, no hemos recibido sólo una interpretación de la vida, sino una vida. El
cristianismo no es una ideología. El mundo espera de nosotros lo que hemos
recibido.
Espera la fe que mueve las montañas y subvierte los
sistemas, la esperanza contra toda esperanza y contra todos los bloqueos de la
esperanza, el amor fraterno que comparte la vida y todo lo que es mucho menos
que la vida. Espera todo esto, si es verdad que los hemos recibido, para que se
vea que Dios salva en Jesucristo.
-"...denlo tambien gratis". Porque no se puede dar
de otra manera, porque lo hemos recibido para todos, porque sería un sacrilegio
traficar con el Espíritu Santo, porque la verdad que se vende es sospechosa,
porque sólo así podemos animar el proceso de liberación en el que están
empeñados los hombres de buena voluntad..., y porque no daríamos nada, si no lo
diéramos gratuitamente... En última instancia, lo que hemos recibido de Dios es
amor (Jn 15,9.
Este pasaje del evangelio de hoy es fundamental para
determinar la fisonomía que la Iglesia deberá tener en los siglos que restan
hasta la segunda venida de Cristo. Esboza las grandes líneas de la misión de
los Apóstoles y de la Iglesia.
El discurso de Jesús arranca de la compasión que el mismo
Jesús siente por la multitud. No es la primera vez que un relato importante
comienza por esta situación, y ya encontramos esto en Marcos (6, 34), con
ocasión de la multiplicación de los panes. El Señor constata las necesidades de
la multitud y se conmueve. Esa multitud tiene necesidad de guías; es una buena
simiente y podría dar frutos. Pero faltan obreros. Ante esta situación, Cristo
recomienda orar, a fin de que el dueño de la mies envíe obreros a su mies. Y es
este el momento escogido por Jesús para designar a un grupo de hombres que
serán esos obreros de primera fila. De este modo, la elección de los apóstoles,
su misión y la misión de la Iglesia que va a nacer tienen como punto de partida
la infinita compasión de Jesús por la multitud: “Que todos los pueblos sean mis
discípulos… (Mt 28,29).