domingo, 19 de febrero de 2023

I DOMINGO DE CUARESMA - A (26 de Febrero del 2023)

 I DOMINGO DE CUARESMA - A  (26 de Febrero del 2023)

Proclamación del Santo Evangelio según San Mateo 4,1 - 11:

4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.

4:2 Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.

4:3 Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".

4:4 Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".

4:5 Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,

4:6 diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos  para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".

4:7 Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".

4:8 El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,

4:9 y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme".

4:10 Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".

4:11 Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo. PALABRA DEL SEÑOR.

REFLEXIÓN:

Todas las experiencias del desierto, escogidas o forzadas, deben ser experiencias de amor. A través de ellas, de un modo o de otro, Dios te prepara para un encuentro con El en profundidad, para llevarte a una mayor libertad, y de ahí, probablemente, a un mayor compromiso. Que quede claro, el desierto no tiene por qué ser un lugar terrible; aunque no lo parezca, el desierto es un lugar de amor. Así se expresa Dios mismo: “Voy a seducirle, le llevaré al desierto y le hablaré al corazón” (Os 02,16-18). El desierto es tiempo de misericordia. “Uds mismos han visto... cómo les he llevado en alas de águila y les he traído a mí» (Ex 19, 4). “Lo encontró en el desierto... y lo cubrió, lo alimentó, lo cuidó como a la niña de sus ojos. Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así El extendió sus alas y lo tomó y lo llevó sobre sus plumas” (Dt 32,10-11). Te conviene un poco de desierto, para que sientas el cuidado y el cariño del Señor.

“Oren para no caer en la tentación, porque el espíritu es fuerte, pero la carne es débil" (Mt 26,41). ¿Cuál es la mayor tentación del hombre? Hoy, la mayor tentación del hombre es sentirse igual a Dios: “La serpiente dijo a la mujer: De ninguna manera morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman del árbol prohibido, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal” (Gn 3,4-5).

Hemos iniciado el tiempo de cuaresma con el miércoles de ceniza y en la imposición de la ceniza se nos ha recordado: “Comerás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!» (Gn 3,19). O también «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértete y cree en la Evangelio» (Mr 1,15).

“Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt 6,4). “Uds me darán culto solo a mí y yo bendeciré tu pan y tu agua. Y apartaré de ti todas las enfermedades” (Ex 23,25). “No te postrarás ante esos dioses(falsos) ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian” (Ex 20,5). Estas citas del A.T. nos recuerdan que Dios es único. Pero alguien dividido o apartado de Dios que se hace igual a Dios es precisamente el demonio.

El Evangelio nos presenta a Jesús siendo tentado en el desierto. Quiere decir que está hecho de nuestro mismo barro: débil, frágil, vulnerable, "en todo igual que nosotros" (Flp 2, 6-8); pero menos en el pecado (Heb 4,15). El primer artículo de fe afirmado por la iglesia primitiva fue que Cristo era "hombre verdadero", frente a la tendencia de considerarlo "hombre sólo en apariencia", como defendía la antigua herejía "docetista", solapada todavía hoy en el lenguaje de muchos predicadores cuando dicen: "Sí, fue tentado, pero... como era Dios... lo superó todo". No, no. Cristo era verdadero hombre y sintió la tentación como cualquiera de nosotros. Pero también verdadero Dios.

 "El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado" (Concilio Vaticano II: GS, n.22).

"El Espíritu le impulsa al desierto, donde permanece cuarenta días, siendo tentado por Satanás" (Mt ,4, 1-11). No pensemos en el desierto sólo como lugar geográfico. Entendámoslo en su valor simbólico: Jesús fue tentado en el desierto del corazón, en la soledad y el desamparo... En el desierto de la sequedad interior, de la dificultad y de la prueba. En el desierto de la incomprensión, del rechazo, de la persecución. Tentado, además, durante cuarenta días, es decir, no tuvo solo tres tentaciones, sino quizás treinta, tal vez trescientas, puede que tres mil. Como nosotros.

Aprended de mí: Por esto puede decir: "Vengan a mi todos los que están fatigados y agobiados... Aprendan de mí... y hallaran descanso para su alma" (Mt. 11, 28-30). Aprendan de mí, los que sufren la tentación. Vengan a mí los que están tentados, que yo les ayudaré:

Aprended de mí, que soy débil y frágil como uds. Aprendan de mí a transformar la debilidad en confianza y la fragilidad en vigilancia. Aprendan de mí a confiar más en la fuerza del Espíritu que en sus propias fuerzas. Aprendan de mí a escuchar al Padre en la oración, a ir al silencio del desierto para escudriñar tu propia conciencia y discernir qué es lo que El quiere de ti.

Conozco bien el peso de la tentación, he sido tentado igual que Uds; aprendan de mí que, en estos momentos difíciles de hambre, me he dejado llevar más de la Palabra de Dios Padre (que de mis propios gustos). Me tentaba el poder, ser el dueño de todos los reinos de la tierra;
pero dije: "Al Señor tu Dios adorarás"

Las tentaciones de Jesús, lo mismo que las de Adán y Eva, son las "tentaciones del hombre". En estos relatos bíblicos se cuenta lo que nos pasa a todos. Porque todos estamos sometidos a prueba. Sólo que de la prueba, o se sale vencido, o se sale vencedor. Adán y Eva salieron vencidos. Jesús salió vencedor.

Dí que estas piedras se conviertan en pan (Mt 4,3): La primera de ellas consiste en olvidarse de la palabra de Dios ante la urgencia del pan. Es el chantaje que ejercen sobre nosotros las necesidades primarias para que renunciemos a los valores auténticos y a la vida del espíritu.

Derecho básico e indiscutible del hombre, proclamado y defendido desde la legalidad en cualquier parte del mundo, es tener siquiera "el pan de cada día" para subsistir dignamente. Derecho al trabajo, a la vivienda, a la sanidad... Todo el mundo tiene derecho a gozar de la vida. Dios hizo la tierra para todos y cada quien puede exigir su parte. Lo malo no está, pues, en buscar el pan, sino en olvidar que hay otros valores más importantes que el pan.

Ante las dificultades del desierto, los israelitas se olvidaron de la tierra prometida y se acordaron de las cebollas de Egipto, teniendo en poco su libertad. Para valorar este derecho, hay que saber qué es el hambre de verdad. Porque a los hijos de Dios, como al Hijo de Dios, se les tienta con el pan de que unos pocos se creen amos. Con el pan se compran voluntades. Con el pan se hacen negocios sucios. Más que con el pan, con el hambre. Porque el hambre enturbia los límites del Bien y del Mal, y encamina a una gran masa hacia la desesperación.

Pero de la boca de Dios ha salido el mandamiento nuevo: el mandamiento del amor (Jn 13,34): compartir, justicia, solidaridad. Si cumpliéramos este mandamiento y repartiéramos el pan como buenos hermanos, habría pan abundante para todos, se multiplicarían los panes y aún sobraría. No había pobres en la primitiva comunidad porque el que tenía, repartía.

Si eres Hijo de Dios, tírate abajo (Mt 4,6): Es la tentación de la magia, del espectáculo, de los milagritos. Los judíos exigían signos y prodigios: "¿Y tú qué haces? ¿Qué señal realizas para que viéndola creamos en ti?" (Jn 6, 30). Sus paisanos le reclaman que haga en Nazaret lo que han oído hizo en Cafarnaúm (Lc 4, 23). Herodes pensó que era un mago prestidigitador: "hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera" (Lc 23, 8).

En tiempos apocalípticos, como los que estamos viviendo en este tránsito de milenio, abundan los charlatanes, las sectas, los iluminados, las "apariciones" celestiales. La gente necesita un Dios a lo "super-man", para presumir de ser sus amigos. Un dios contador para que, con sus numeritos pueda dejar boquiabiertos a los creyentes inmaduros. Se busca a un Dios al que poder recibir, en manada, con banderitas y pancartas. Un dios milagrero, que lo hace todo y dispensa al humano de pensar y actuar responsablemente. Que le entiende todo y le permite de todo con tal que vayas a misa los domingos y de "décimos y primicias". Que agrupa uniformes y costumbres; mitras y coronas. Que, sobre todo este a la orden del hombre.

Muchedumbres aferradas a una fe de hornacina y santoral, pero que han perdido la capacidad de reconocer la presencia de Dios en lo sencillo, en un pequeño de sucias manos con ojos tristes por el hambre..., en un anciano que rezuma soledad y cansancio..., en un amor de pareja que pervive y crece aunque hayan pasado más de 30 años... Y el Hijo de Dios "no se tira abajo" porque no necesita manifestaciones extra-ordinarias para experimentar la presencia de Dios en su actuar de cada día.

Todo esto te daré si me adoras (Mt 4,9): El último asalto es la tentación del poder, del dominio, del endiosamiento a toda costa. Si hay que adorar al mismo diablo, se le adora. Es la tentación del sometimiento como vía de ascenso, lo mismo sea en política que en la escala eclesiástica.

¿Qué inexplicable atracción tiene el poder, capaz de anular la más aguda inteligencia humana? Trastoca los valores. En el fondo, aspiran a él los que se creen imprescindibles, los que quieren agrandar e imponer su pequeñez humana por medio de órdenes, ocupados sobre lo que sea para elevar "socialmente" lo que "naturalmente" tienen atrofiado. ¡Cuántas veces la humillación en el trabajo, la competitividad en la calle, la incomprensión de otras generaciones, el menosprecio de la pareja, llevan al ser humano a buscar ciegamente, a codazos, el poder! Poder ser más para estar por encima de. Nos hinchamos por fuera para que se nos vea mejor, mientras arrugamos el auténtico ser, sacrificándolo a un falso Dios.

A la autoridad, en incontables ocasiones, le sale la joroba del poder. Porque el poder y la autoridad son cosas diferentes. "Enseñaba con autoridad"(Mt,7,28-29). Enseñar con autoridad y liberar de las fuerzas demoníacas que esclavizan es todo un uno: una unidad, un solo bloque. Ante ello se quedan atónitos los que le escuchan. La autoridad de Jesús no le viene de que ocupe un puesto relevante en el Ayuntamiento del pueblo o en el Gobierno de la nación. Tampoco le viene porque tenga un título de jerarca. Ni porque haya una Institución bancaria detrás de él que le avale. Sociológicamente hablando, "Cristo es un Don Nadie". Son las gentes quienes le invisten de "autoridad". Y es que la autoridad hay que merecerla. Nadie se la puede apropiar (ni los padres, ni los educadores, ni...). La autoridad se tiene mientras te la dan, y te la dan cuando hay en el que manda una coherencia vital entre lo que enseña y lo que hace. La medida de la autoridad de una persona depende de su forma de vivir.

Las manzanas de la tentación de hoy (Gn 3,4-5): Manzanas de ORO. Hoy se llama también oro negro o dólares. Se incluyen todas las manzanas del tener y del consumismo generalizado. Es la manzana más codiciada.

Manzanas del PLACER. El sexo, la droga, las buenas comilonas...

Manzanas de PODER. Se buscan poltronas, influencias, armas, negocios, victorias. Sus partidarios luchan ferozmente por conseguirlas.

Manzanas de BELLEZA. Es el culto al cuerpo. Se presentan todo tipo de productos para conseguir, no ya la salud, sino la juventud perenne, la forma adecuada, el encanto irresistible... Es la tentación de Narciso.

Manzanas de MIEDO. Una tentación muy de la Iglesia. El mundo está mal, el mundo está corrompido. Y en vez de lanzarnos a ser "fermento" en medio de la masa o "luz" en medio de las tinieblas, se nos encierra cada vez más en gustos cerrados...

Manzanas de DIVERSION. Arrastra a muchedumbres inmensas. Además de los deportes, encontramos máquinas maravillosas, lugares especializados, viajes exóticos, noches "jóvenes"... Todo vale, con tal de que sea divertido...

Manzanas de las culturas relativa promovidas por. Internet, TV , Revistas del Corazón , Cine... donde se promueve que todo es lo mismo, estar con el bien o con el mal, ser varon y mujer es lo mismo…