I DOMINGO DE CUARESMA - A (26 de Febrero del 2023)
Proclamación del Santo Evangelio según San Mateo 4,1 - 11:
4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el demonio.
4:2 Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches,
sintió hambre.
4:3 Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres
Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
4:4 Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no
vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
4:5 Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo
puso en la parte más alta del Templo,
4:6 diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo,
porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en
sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
4:7 Jesús le respondió: "También está escrito: No
tentarás al Señor, tu Dios".
4:8 El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde
allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,
4:9 y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para
adorarme".
4:10 Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque
está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás
culto".
4:11 Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se
acercaron para servirlo. PALABRA DEL SEÑOR.
REFLEXIÓN:
Todas las experiencias del desierto, escogidas o forzadas,
deben ser experiencias de amor. A través de ellas, de un modo o de otro, Dios
te prepara para un encuentro con El en profundidad, para llevarte a una mayor
libertad, y de ahí, probablemente, a un mayor compromiso. Que quede claro, el
desierto no tiene por qué ser un lugar terrible; aunque no lo parezca, el
desierto es un lugar de amor. Así se expresa Dios mismo: “Voy a seducirle, le
llevaré al desierto y le hablaré al corazón” (Os 02,16-18). El desierto es
tiempo de misericordia. “Uds mismos han visto... cómo les he llevado en alas de
águila y les he traído a mí» (Ex 19, 4). “Lo encontró en el desierto... y lo
cubrió, lo alimentó, lo cuidó como a la niña de sus ojos. Como un águila incita
a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así El extendió sus alas y lo tomó
y lo llevó sobre sus plumas” (Dt 32,10-11). Te conviene un poco de desierto,
para que sientas el cuidado y el cariño del Señor.
“Oren para no caer en la tentación, porque el espíritu es
fuerte, pero la carne es débil" (Mt 26,41). ¿Cuál es la mayor tentación
del hombre? Hoy, la mayor tentación del hombre es sentirse igual a Dios: “La
serpiente dijo a la mujer: De ninguna manera morirán. Es que Dios sabe muy bien
que el día en que coman del árbol prohibido, se les abrirán los ojos y serán
como dioses, conocedores del bien y del mal” (Gn 3,4-5).
Hemos iniciado el tiempo de cuaresma con el miércoles de
ceniza y en la imposición de la ceniza se nos ha recordado: “Comerás el pan con
el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado.
¡Porque eres polvo y al polvo volverás!» (Gn 3,19). O también «El tiempo se ha
cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértete y cree en la Evangelio» (Mr
1,15).
“Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus
fuerzas” (Dt 6,4). “Uds me darán culto solo a mí y yo bendeciré tu pan y tu
agua. Y apartaré de ti todas las enfermedades” (Ex 23,25). “No te postrarás
ante esos dioses(falsos) ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un
Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me odian” (Ex 20,5). Estas citas del
A.T. nos recuerdan que Dios es único. Pero alguien dividido o apartado de Dios
que se hace igual a Dios es precisamente el demonio.
El Evangelio nos
presenta a Jesús siendo tentado en el desierto. Quiere decir que está hecho de
nuestro mismo barro: débil, frágil, vulnerable, "en todo igual que
nosotros" (Flp 2, 6-8); pero menos en el pecado (Heb 4,15). El primer
artículo de fe afirmado por la iglesia primitiva fue que Cristo era
"hombre verdadero", frente a la tendencia de considerarlo
"hombre sólo en apariencia", como defendía la antigua herejía
"docetista", solapada todavía hoy en el lenguaje de muchos
predicadores cuando dicen: "Sí, fue tentado, pero... como era Dios...
lo superó todo". No, no. Cristo era verdadero hombre y sintió la
tentación como cualquiera de nosotros. Pero también verdadero Dios.
"El Hijo
de Dios con su encarnación se ha unido, con todo hombre. Trabajó con manos de
hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con
corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los
nuestros, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado" (Concilio
Vaticano II: GS, n.22).
"El Espíritu le
impulsa al desierto, donde permanece cuarenta días, siendo tentado por
Satanás" (Mt ,4, 1-11). No pensemos en el desierto sólo como lugar
geográfico. Entendámoslo en su valor simbólico: Jesús fue tentado en el
desierto del corazón, en la soledad y el desamparo... En el desierto de la
sequedad interior, de la dificultad y de la prueba. En el desierto de la
incomprensión, del rechazo, de la persecución. Tentado, además, durante
cuarenta días, es decir, no tuvo solo tres tentaciones, sino quizás
treinta, tal vez trescientas, puede que tres mil. Como nosotros.
Aprended de mí: Por esto puede decir: "Vengan a mi todos los que están fatigados y agobiados... Aprendan de mí... y hallaran descanso para su alma" (Mt. 11, 28-30). Aprendan de mí, los que sufren la tentación. Vengan a mí los que están tentados, que yo les ayudaré:
Aprended de mí, que soy débil y frágil como uds. Aprendan de mí a
transformar la debilidad en confianza y la fragilidad en vigilancia. Aprendan
de mí a confiar más en la fuerza del Espíritu que en sus propias fuerzas.
Aprendan de
mí a escuchar al Padre en la oración, a ir al silencio del desierto para escudriñar tu propia conciencia y discernir
qué es lo que El quiere de ti.
Conozco bien el peso de la tentación, he sido tentado igual que Uds; aprendan
de mí que, en estos momentos difíciles de hambre, me he dejado llevar más de la
Palabra de Dios Padre (que de mis propios gustos). Me tentaba el
poder, ser el dueño de todos los reinos de la tierra;
pero dije: "Al Señor tu Dios adorarás"
Las tentaciones de
Jesús, lo mismo que las de Adán y Eva, son las "tentaciones del
hombre". En estos relatos bíblicos se cuenta lo que nos pasa a todos.
Porque todos estamos sometidos a prueba. Sólo que de la prueba, o se sale
vencido, o se sale vencedor. Adán y Eva salieron vencidos. Jesús salió
vencedor.
Dí que estas piedras
se conviertan en pan (Mt 4,3): La
primera de ellas consiste en olvidarse de la palabra de Dios ante la urgencia
del pan. Es el chantaje que ejercen sobre nosotros las necesidades primarias
para que renunciemos a los valores auténticos y a la vida del espíritu.
Derecho básico e
indiscutible del hombre, proclamado y defendido desde la legalidad en cualquier
parte del mundo, es tener siquiera "el pan de cada día" para
subsistir dignamente. Derecho al trabajo, a la vivienda, a la sanidad... Todo
el mundo tiene derecho a gozar de la vida. Dios hizo la tierra para todos y
cada quien puede exigir su parte. Lo malo no está, pues, en buscar el pan, sino
en olvidar que hay otros valores más importantes que el pan.
Ante las
dificultades del desierto, los israelitas se olvidaron de la tierra prometida y
se acordaron de las cebollas de Egipto, teniendo en poco su libertad. Para
valorar este derecho, hay que saber qué es el hambre de verdad. Porque a
los hijos de Dios, como al Hijo de Dios, se les tienta con el pan de que unos
pocos se creen amos. Con el pan se compran voluntades. Con el pan se hacen
negocios sucios. Más que con el pan, con el hambre. Porque el hambre
enturbia los límites del Bien y del Mal, y encamina a una gran masa hacia la
desesperación.
Pero de la boca de
Dios ha salido el mandamiento nuevo: el mandamiento del amor (Jn 13,34):
compartir, justicia, solidaridad. Si cumpliéramos este mandamiento y
repartiéramos el pan como buenos hermanos, habría pan abundante para todos, se
multiplicarían los panes y aún sobraría. No había pobres en la primitiva
comunidad porque el que tenía, repartía.
Si eres Hijo de
Dios, tírate abajo (Mt 4,6): Es
la tentación de la magia, del espectáculo, de los milagritos. Los judíos
exigían signos y prodigios: "¿Y tú qué haces? ¿Qué señal realizas para que
viéndola creamos en ti?" (Jn 6, 30). Sus paisanos le reclaman que haga en
Nazaret lo que han oído hizo en Cafarnaúm (Lc 4, 23). Herodes pensó que era un
mago prestidigitador: "hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas
que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera" (Lc 23,
8).
En tiempos
apocalípticos, como los que estamos viviendo en este tránsito de milenio,
abundan los charlatanes, las sectas, los iluminados, las "apariciones"
celestiales. La gente necesita un Dios a lo "super-man", para
presumir de ser sus amigos. Un dios contador para que, con sus numeritos
pueda dejar boquiabiertos a los creyentes inmaduros. Se busca a un Dios al que
poder recibir, en manada, con banderitas y pancartas. Un dios milagrero, que lo
hace todo y dispensa al humano de pensar y actuar responsablemente. Que le
entiende todo y le permite de todo con tal que vayas a misa los domingos y de
"décimos y primicias". Que agrupa uniformes y costumbres; mitras y
coronas. Que, sobre todo este a la orden del hombre.
Muchedumbres
aferradas a una fe de hornacina y santoral, pero que han perdido la capacidad
de reconocer la presencia de Dios en lo sencillo, en un pequeño de sucias manos
con ojos tristes por el hambre..., en un anciano que rezuma soledad y
cansancio..., en un amor de pareja que pervive y crece aunque hayan pasado más
de 30 años... Y el Hijo de Dios "no se tira abajo" porque no necesita
manifestaciones extra-ordinarias para experimentar la presencia de Dios en su
actuar de cada día.
Todo esto te daré si
me adoras (Mt 4,9): El último
asalto es la tentación del poder, del dominio, del endiosamiento a toda costa.
Si hay que adorar al mismo diablo, se le adora. Es la tentación del
sometimiento como vía de ascenso, lo mismo sea en política que en la escala
eclesiástica.
¿Qué inexplicable
atracción tiene el poder, capaz de anular la más aguda inteligencia humana?
Trastoca los valores. En el fondo, aspiran a él los que se creen
imprescindibles, los que quieren agrandar e imponer su pequeñez humana por
medio de órdenes, ocupados sobre lo que sea para elevar
"socialmente" lo que "naturalmente" tienen atrofiado.
¡Cuántas veces la humillación en el trabajo, la competitividad en la calle, la
incomprensión de otras generaciones, el menosprecio de la pareja, llevan al ser
humano a buscar ciegamente, a codazos, el poder! Poder ser más para
estar por encima de. Nos hinchamos por fuera para que se nos vea mejor,
mientras arrugamos el auténtico ser, sacrificándolo a un falso Dios.
A la autoridad, en
incontables ocasiones, le sale la joroba del poder. Porque el poder y la
autoridad son cosas diferentes. "Enseñaba
con autoridad"(Mt,7,28-29). Enseñar con autoridad y liberar de las fuerzas
demoníacas que esclavizan es todo un uno: una unidad, un solo bloque. Ante ello
se quedan atónitos los que le escuchan. La autoridad de Jesús no le viene de
que ocupe un puesto relevante en el Ayuntamiento del pueblo o en el Gobierno de
la nación. Tampoco le viene porque tenga un título de jerarca. Ni porque haya
una Institución bancaria detrás de él que le avale. Sociológicamente hablando,
"Cristo es un Don Nadie". Son las gentes quienes le invisten de
"autoridad". Y es que la autoridad hay que merecerla. Nadie se la
puede apropiar (ni los padres, ni los educadores, ni...). La autoridad se tiene
mientras te la dan, y te la dan cuando hay en el que manda una coherencia vital
entre lo que enseña y lo que hace. La medida de la autoridad de una persona depende
de su forma de vivir.
Las manzanas de la tentación de hoy (Gn 3,4-5): Manzanas de ORO. Hoy se
llama también oro negro o dólares. Se incluyen todas las manzanas del tener y
del consumismo generalizado. Es la manzana más codiciada.
Manzanas del PLACER. El sexo, la droga, las buenas comilonas...
Manzanas de PODER. Se buscan poltronas, influencias, armas, negocios,
victorias. Sus partidarios luchan ferozmente por conseguirlas.
Manzanas de BELLEZA. Es el culto al cuerpo. Se presentan todo tipo de
productos para conseguir, no ya la salud, sino la juventud perenne, la forma
adecuada, el encanto irresistible... Es la tentación de Narciso.
Manzanas de MIEDO. Una tentación muy de la Iglesia. El mundo está mal,
el mundo está corrompido. Y en vez de lanzarnos a ser "fermento" en
medio de la masa o "luz" en medio de las tinieblas, se nos encierra
cada vez más en gustos cerrados...
Manzanas de DIVERSION. Arrastra a muchedumbres inmensas. Además de los
deportes, encontramos máquinas maravillosas, lugares especializados, viajes
exóticos, noches "jóvenes"... Todo vale, con tal de que sea
divertido...
Manzanas de las culturas relativa promovidas por. Internet, TV , Revistas
del Corazón , Cine... donde se promueve que todo es lo mismo, estar con el bien
o con el mal, ser varon y mujer es lo mismo…
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