DOMINGO IV –
C (31 DE ENERO DE 2016)
Proclamación
del santo Evangelio según San Lucas 4, 21-30:
En aquel tiempo Jesús comenzó a decirles:
"Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las
palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo
de José?" Pero él les respondió: "Sin
duda ustedes me citarán el refrán: "Médico, cúrate a ti mismo".
Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en
Cafarnaún". Después agregó: "Les aseguro que
ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo
les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando
durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a
todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una
viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo
del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio". Al oír estas palabras,
todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo
empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la
que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en
medio de ellos, continuó su camino. PALABRA DEL SEÑOR.
Paz y bien en el Señor.
Tres elementos resaltamos en el deslinde de nuestra reflexión del evangelio que lleemos hoy: 1) "Hoy se ha
cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír" (Lc 4,21) Estas
palabras suscitan dos reacciones de la gente: a) La gente estaba admirada por
las palabras de gracia que salían de la boca de Jesús (Lc 4,22), b) Otros
dijeron:"¿No es este el hijo de José? A lo que Jesús agregó: Sin duda
ustedes me citarán el refrán: "Médico, cúrate a ti mismo". Realiza
también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en
Cafarnaún" (Lc 4,22-23). 2) Jesús agregó: "Les aseguro que ningún
profeta es bien recibido en su tierra” (Lc 4,24). 3) Jesus les dijo esta y otras
verdades que enfurecieron a toda la sinagoga por eso se levantaron, lo
empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la
que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo” (Lc 4,29).
1) "Hoy se ha cumplido este pasaje de la
Escritura que acaban de oír" (Lc 4,21). Y ¿Qué es lo que oyeron?: Jesús
dio lectura de la cita: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (Lc 4,18). Esta
cita no es sino la afirmación hecha por el profeta (Is 61). A lo que podemos
agregar también esta cita: “No piensen que vine para abolir la Ley o los
Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no
desaparecerá ni una letra ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el
cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño
de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado
el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla lo que enseñe,
será grande en el Reino de los Cielos” (Mt 5,17-19). Es decir Jesús es la realización
y el cumplimiento de todas las profecías del A.T. Dios no puede quedar
petrificado o encerrado en el A.T. No está dentro del tiempo, siempre es el
hoy.
a) La gente estaba admirada por las palabras de
gracia que salían de la boca de Jesús (Lc 4,22). Recordemos aquella afirmación
del mismo Padre: “Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió
con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: "Este es mi Hijo
muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo" (Mt
17,5). Además se nos ha dicho: “La palabra se hizo carne y habitó entre
nosotros” (Jn 1,14). Y como se fuera poco: “Los judíos, admirados, decían: ¿Cómo
conoce las Escrituras sin haber tenido maestro? Jesús les respondió: Mi enseñanza no es mía, sino
de aquel que me envió. El que
quiere hacer la voluntad de Dios conocerá
si esta enseñanza es de Dios o si
yo hablo por mi cuenta” (Jn 7,15-17).
b) Otros dijeron:"¿No es este el hijo de
José? A lo que Jesús agregó: Sin duda ustedes me citarán el refrán:
"Médico, cúrate a ti mismo". Realiza también aquí, en tu patria, todo
lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún" (Lc 4,22-23). Para ampliar el
panorama vamos a otra cita: “Felipe dijo a Natanael: Hemos hallado a
aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el
hijo de José de Nazaret". Natanael
le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?" "Ven y
verás", le dijo Felipe. Al ver
llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre
sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael.
Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas
debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el
Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel" (Jn 1,45-49). Pero hay más
cuestionamientos: “Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar
las obras de Dios? Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes
crean en aquel que él ha enviado. Y volvieron a preguntarle: ¿Qué signos haces
para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?” (Jn 6.28-30). Los mismos discípulos
de Juan Bautista preguntaron: “¿Eres tu el que ha de vir o tenemos que esperar
a otro? Jesús respondió. Digan a Juan lo que ven: Los ciegos ven, los cojos
caminan, los sordos oyen los leprosos quedan limpios, los muertos resucita” (Lc
7.20).
3) Jesus les dijo esta y otras verdades que enfurecieron
a toda la sinagoga por eso se levantaron, lo empujaron fuera de la ciudad,
hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con
intención de despeñarlo” (Lc 4,29). Este es el primer “fracaso” que Jesús experimenta
en su propio pueblo. ¿Qué incomoda a los judíos de Jesús? Y adelantándonos un
poco vamos a lo que más tarde sucederá con Jesús: "¿No es este aquel a
quien querían matar? ¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice
nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero
nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie
sabrá de dónde es". Entonces
Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así
que ustedes me conocen y saben de
dónde soy? Sin embargo, yo no vine
por mi propia cuenta; pero el que
me envió dice la verdad, y ustedes
no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él
el que me envió". Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las
manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora” (Jn 7,26-30).
En suma: Antes de ir buscando dar razón
a la lógica humana, es mejor dejarnos guiar por el don Espíritu de Dios que recibimos
en el bautismo y preguntemos al mismo enviado de Dios como algunos judíos lo hicieron.
Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para actuar en
la voluntad de Dios? Jesús les respondió: Lo que Dios espera de ustedes es que crean en aquel
que él ha enviado" (Jn 6,28-29). Y Pablo nos exhorta también en tal
sentido: “Déjense
conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de
la carne. Porque la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la
carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien
que quieren” (Gal 5,16-17).
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Paz y Bien
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